Descripción
- 100×81 cm
- Técnica mixta
- Lienzo
- 2025
En esta obra, el amor se manifiesta como un resplandor invisible que envuelve y atraviesa a los seres. La figura central no es un cuerpo definido, sino una emanación de luces doradas y tonos etéreos que se expanden como un aura viva, recordando que el amor no se limita al contacto físico, sino que vibra en un plano más profundo.
Los matices cálidos —oro, rojos, blancos perlados— se funden en un movimiento envolvente que parece latir, como si la pintura respirara. Ese resplandor evoca la energía sutil que todos llevamos dentro: un campo luminoso que nos conecta con los demás y con lo divino.
El aura aquí no es sólo un símbolo espiritual, sino la huella visible de la unión. Cada trazo irradia la certeza de que el amor no es una posesión, sino una expansión: una vibración que rompe fronteras, ilumina la sombra y libera el alma.
La obra invita a mirar más allá de lo físico, a sentir cómo el aura del amor se entrelaza con la nuestra, recordándonos que somos luz compartida en un mismo infinito.